jueves, 2 de agosto de 2012

Capitulo 30

[Narra Frank]
Estaba tan sumido en mis problemas de como regresar a mi cuerpo, que no sentía el viento que corría en el consultorio, vi a Brian y el seguía llorando, el no sentía el aire que hacía, de repente el aire me fue jalando, era como un túnel blanco que me absorbía, yo no podía poner resistencia, me sentía muy débil, además ya no me quedaba de otra, que pase lo que tenga que pasar, cerré mis ojos y me deje arrastrar por el viento y poco a poco fui quedándome dormido, habrá pasado media hora, luego desperté y vi todos los implementos de la sala de operaciones, la maquina en donde se reflejaban mis latidos estaba normal, yo estaba conectado a un montón de máquinas, tenía cables en todo mi cuerpo, también una máscara con oxígeno, pero eso ya no era necesario, yo respiraba normal, la enfermera noto eso y me la quito, luego veo que alguien abre la puerta de la sala de operaciones, en eso entra Jamia corriendo a abrazarme, yo me hice el dormido, no tenía ganas de hablar con ella, la verdad no tenía ganas de hablar con nadie, solo contigo y quizás Gerard, Jamia ya prácticamente me estaba asfixiando con su abrazo, mierda me iba a morir otra vez, pero felizmente la enfermera hizo que Jamia saliera de la sala, diciéndole que yo aún estaba delicado y que tenía que descansar, mire por una pequeña ventana que había en la sala de emergencia y pude notar que era de noche, mierda me había tirado todo el día en el hospital, las enfermeras poco a poco me fueron quitando todos los cables, ¡¡bien por fin me largaría de este lugar!!, pero lamentablemente no fue así, las enfermeras me trasladaron hasta otra habitación desolada, solo estaba yo y me dijeron que me tenía que quedar por toda esta noche para estar en observación, ¡¡maldita sea, no aguanto ni un minuto más en este lugar!! Pero no me quedaba de otra, tenía que recuperarme bien del todo, tenía que estar bien para poder estar contigo, en eso tanto que pensaba en ti se me ocurrió una idea, esperaría a que sea de madrugada, a esa hora Jamia ya se iría y espero que Brian también, aunque con el no tengo ningún problema, no creo que este molesto conmigo, pero bueno, cuando nadie se dé cuenta me escapare de este maldito consultorio e iré a verte, necesitaba hacerlo, quería saber si estabas bien, si necesitabas algo o quizás necesitabas amor, el amor que solo yo te daba, el amor que nos teníamos y que yo aún tengo por ti es maravilloso, en fin, mire el reloj y faltaba poco para las 3:00am, las enfermeras se habían ido del consultorio, todas las luces estaban apagadas, me levante despacio de la camilla, aun me dolía todo el cuerpo, pero tenía que sacar fuerzas para ir a verte, así que omití el dolor, Salí del consultorio y recorrí todo el pasillo que estaba a oscuras y solo había luz en la sala de espera, así que no me quedo de otra que ir hasta ahí, felizmente ninguna enfermera noto mi presencia, eche una mirada por toda la sala de espera y pude ver a Gerard y Brian durmiendo en una banca, me acerque a Gerard y dormía de una forma tan graciosa que no aguante más y solté una risita, Mi típica risa de enano burlón hizo que Gerard se despertara, apenas me vio parado delante de él no se lo podía creer, Gerard pensaba que yo era una alucinación porque trataba de tocarme con temor, para ver si era real o no
-Gee soy yo ¡!! Tu Frankie
- Frankie ¡!! – Gerard me abrazo con todas sus fuerzas
- despacio Gerard, aun me duele el cuerpo – decía quejándome
- lo siento ¿pero qué haces acá? Tienes que estar descansando, vamos te llevo a tu habitación – decía Gerard jalándome del brazo hasta mi habitación
- no, no, no, espera suéltame ¡¡Gerard!!
- ¿Qué pasa?
- has visto a Jamia ¿? – le pregunte
- ella ya se fue
- perfecto ¡!! Ahora puedo verla
- ¿Qué mierda hablas?
- llévame hasta la habitación de “________”, necesito verla
- por eso te escapaste de tu habitación – Gerard me miro con una mirada asesina
- tengo que hablar con ella, tengo que explicarle las cosas
- está bien, te llevare a su habitación, vamos es por acá
- gracias Gee – dije siguiéndolo – por cierto, alguna vez te han dicho que duermes muy chistoso??
- no jodas enano ¡! – Los dos soltamos una carcajada – bien esta es su habitación
- ¿podrías quedarte acá afuera cuidando que nadie entre?
- ¿Qué? Primero me tienen de cupido y ahora de guardaespaldas, no me jodan ¡!!
- por favor Gee… ¿sí? – puse una carita de niño con puchero
- mierda Frank, no hagas esa cara que me voy a derretir
- por favor, por favor, por favor…
- está bien… me voy a quedar cuidando acá afuera
- te amo Gee – le di un beso en la mejilla y entre al consultorio para verte

Entre sigilosamente sin hacer nada de ruido, las luces estaban apagadas, así que prendí la de una lámpara que estaba al costado de tu camilla, te vi durmiendo profundamente, comencé a acariciar tu rostro, estabas tan helada, agarre tus manos y estaban igual, me voltee para buscar una manta en una repisa y de casualidad me choco con una carretilla llena de implementos médicos, todo se calló al suelo haciendo un ruido horrible, tu comenzaste a moverte entre las sabanas y llegaste a despertarte diciendo “¿Quién anda hay?” cuando por fin pude escuchar tu vos, era como si escuchara a un coro de ángeles cantándome al oído, estabas viva, sana y salva, era la mejor noticia que pude haber tenido en toda mi maldita vida, note que tu comenzaste a asustarte porque no me reconocías bien, así que me fui acercando poco a poco a tu camilla.

-¿Frank? – dijiste con voz algo débil
- hola, ¿Cómo estás?
- algo mejor, gracias ¿y tú que haces acá? No se supone que debes estar con tu noviecita Jamia
- sabias que casi muero ¿? – trate de cambiar de tema, no quería que peleáramos por culpa de Jamia
- ¿Qué te paso? - te preocupaste
- me dio un paro cardiaco, me tuvieron que operar el corazón
- Frankie – dijiste poniendo cara triste – ven siéntate a mi costado
- ……………….. – yo obedecí y me senté a tu lado, comencé a mirarte con la mirada más tierna del mundo, los dos nos mirábamos fijamente a los ojos
- yo también casi muero, tuve una sobredosis – bajaste la mirada
- ¿Por qué lo hiciste? Me juraste que nunca más volverías a consumir drogas – dije en un tono de reproche
- pero es que me dio tanta cólera, tanto odio de verte con Jamia, y cuando ella te dijo mi amor, fue como escuchar al mismo diablo hablándome al oído – comenzaste a sollozar
-  no te pongas mal, no me gusta verte llorar, olvidemos toda esa mierda ¿ok? – recosté tu cabeza en mi hombro
- para mi va ser muy difícil olvidarlo, no nos hemos ni hablado por un buen tiempo y cuando quise hacerlo, te veo con esa zorra ¿Cómo pudiste volver con ella? Después de todo lo que nos hizo
- no lose, simplemente sentía un vacío dentro de mí, tu no estabas conmigo y necesitaba a alguien que me apoyara, alguien que me pueda amar como tú lo hacías
- ¿tú la amas? – me dijiste con una mirada seria
- ella me ha apoyado tanto, es una buena chica
- por lo visto ya olvidaste toda la mierda que nos hacía en la academia
- trato de darle otra oportunidad, pero… yo, yo no la puedo amar como te amo a ti, tu eres especial, nunca te compararía con ella porque eres mucho mejor, tu no solo me das amor, sino que también comprensión
- pero sin embargo si me cambiaste por ella
- no, claro que no, yo aún no puedo olvidarte, te amo – me fui acercando a tus labios

[Narras tú]
Yo trataba de esquivar sus labios pero se me hacía imposible, algo dentro de mi hacia que sienta esa atracción hacia Frank, me impulsaba a besarlo, yo no quería, ya me había hecho mucho daño, pero mis instintos pudieron más que yo y comencé a besarlo, lo bese tan delicadamente, pero el tomo al mando y me fue besando más fuerte, parecía desesperado, yo solo me deje llevar, lo extrañaba tanto, extrañaba sus labios suaves y tibios, sus carias, todo de él, en eso descubrió mi cuerpo cubierto por las sabanas y se echó encima mío, se dio cuenta que solo traía una camiseta corta y un short pequeño de seda que hacían traslucir mi ropa interior, Frank me miro de pies a cabeza, me hizo sentir algo incomoda, pero cuando puso su típica sonrisa de enano travieso me sentí más confiada, él se me abalanzo encima, yo ya estaba entrando en calor, el empezó a quitarse su polo, yo trataba de no ceder, pero la excitación me hacía débil hacia él, se puso encima mío y frotaba su cuerpo frente al mío, yo me mojaba toda, pero trataba de empujarlo, después de estar así por unos segundos, ya no pude más, lo empuje con todas las fuerzas que tenía, y le abrí el cierre de su pantalón, mientras veía como hacía gestos de placer, él sabía lo que iba a hacer, cuando por fin le saque los bóxer y tuve frente a mí su miembro, media aproximadamente 25cm, me entraron las ganas de metérmelo a la boca y así lo hice, primero se me hizo difícil por el tamaño, pero después se la mame como una experta, me imaginaba que era un helado con crema de vainilla y así disfrutaba más, él se retorcía y estaba poseído por mí, me agarraba el cabello, me besaba donde podía, y jugaba con mis senos, Frank gemía de placer, yo también  lo hacía y más cuando me hablaba entre gemidos – puta maldita como me haces gozar – me volvió a decir, todos esos insultos me incitaba a seguir torturándolo, a él le encantaba y termino por pedir más, cuando sentí que Frank estaba a punto de venirse, retire mi boca de ahí, pues no quería que se viniera en mi boca.
Lo bese, y le di un mansaje que había aprendido a hacer, más un masaje erótico para incitarlo más, lo besaba en todas partes, hasta que Frank llego a tocarme el clítoris, lo movía en círculos con sus dedos y yo estaba en la gloria, nos besábamos muy apasionadamente, coincidíamos en todo, es que ya nos conocíamos muy bien, después de unos minutos Frank me saco la camiseta que aun tenia puesta y rompió mi ropa interior, así tuvo más acceso hacia mí, yo ya no podía más, lo quería dentro de mí, se lo pedía, le rogaba, pero él estaba obsesionado con mi clítoris, - ¡¡qué esperas, hazme tuya!! – le pedía a gritos, “cógeme duro mi amor” le volvía a decir, hasta que por fin!! Escucho y comenzó a penetrarme, -“Ummmmmm… sí que rico mi vida, dame más y más” – decía Frank con voz orgásmica y golpeaba y golpeaba hacia mi… yo le rogaba que no parara… y que lo hiciera más rápido, él sabía todo lo que a mí me gustaba y me complacía.
Frank me follaba, me lamia los senos y jugaba con ellas, no sé porque a todos los hombres les gusta eso?, en fin, estuvimos así como por una media hora, hasta que el ya no se aguantó y se vino, él quería venirse en mi boca, pero yo no lo deje, quería que se viniera en mí, Frank y yo dábamos todo lo que podíamos hasta quedar satisfechos, él se quedó todavía en la camilla acariciándome, me daba ganas de llamar a Gerard para hacer un trio, Frank y yo no estábamos satisfechos, queríamos más, así que retomamos la acción, de tanta excitación no me di cuenta que le estaba arañando la espalda, hasta que de repente Frank me tomo por atrás y comencé a sentirlo dentro de mí, sin consideración, el dolor ni lo sentí, es que estaba en éxtasis total, el entraba y salía de mí, estábamos realmente complacidos, habría pasado unas dos horas ya… cuando me monte en su encima y lo cabalgue, como si fuera solo mío, me movía rítmicamente y el sufría, me decía unas cosas que me alocaban, mis gritos de placer creo que se escucharon hasta afuera, pero no me importo, me valía una mierda, solo quería disfrutar el momento con mi Frankie, para mí lo elemental era gozar, gozar al máximo, estuvimos así como por media hora más, hasta que los dos nos venimos juntos, el vacía todos sus jugos dentro de mí una vez más, era una de las mejores cogidas que habíamos tenido, y quien lo diría?? En un hospital ¡¡que mierda!!
Después de tanta acción, decidimos parar, nos quedamos recostados en la camilla, mientras nos mirábamos a los ojos, después de recuperarnos de tanta actividad, nos abrazamos, los dos nos dimos cuenta que habíamos llegado más que al orgasmo, pero lo de nosotros no era solo sexo, era amor, aun sentíamos ese verdadero amor, nos queríamos, nos amábamos.

[Narra Frank]
Mierda, nunca me había sentido tan malditamente bien en todo la vida, tú eras espectacular en el sexo, siempre dábamos lo más que podíamos hasta quedar completamente satisfechos, esa noche la pasamos más que bien, va ser una noche que jamás olvidare, me quede a dormir contigo en el consultorio, te abrazaba y te decía cuanto te amaba, mientras tú te ibas quedando dormida, al día siguiente me desperté muy temprano por la mañana, mire el reloj y eran las 6:00 am, mire por todo mi alrededor y nuestras ropas estaban tiradas en el suelo, tu aun seguías dormida, me quede echado a tu costado viendo como dormías, te había hecho mía, eras mía, y eso nunca iba a cambiar, te amo, no puedo sacarte de mi cabeza, eres muy especial para mí, en fin, me quede echado observándote por unos segundos, luego escucho que alguien tocaba la puerta de forma desesperada, me levante de inmediato, agarre mis pantalones y mi polo y me los puse lo más rápido posible, maldita sea ojala no sea Bryan, si me encuentra encerrado contigo es capaz de matarme, cuando termine de ponerme la ropa abrí la puerta y vi a Gerard parado con una taza de café, el me miraba con cierta picardía, y me sonrió de una manera muy sarcástica.

-Buenos días enano, ¿Qué tal tu noche? Debes estar exhausto – me dijo Gee mirándome a los ojos y con una sonrisa burlona
- Buenos días Gee, si fue una noche de esas, ya sabes – solté una pequeña risita
- bien por ti, pero a la próxima no hagan tanto ruido, todos los doctores que pasaban cerca del consultorio se quedaban mirando extrañados
- cuando se llega al orgasmo es imposible aguantarlo – Gerard y yo comenzamos a reír
- Frankie, tienes que irte a la sala de emergencias
- ¿Por qué? No puedo dejar a “__________” sola, pensara que solo la utilice y me fui
- pero vi a Jamia con tu madre en el estacionamiento, no tardaran en ir a buscarte a la sala de emergencias
- ¡¡mierda!! Siempre tienen que joderla, pero que le voy a decir a “_________” ¿?
- yo hablare con ella cuando despierte y le explicare lo que paso
- ok Gee gracias, eres un gran amigo, te quiero – le di un abrazo a Gerard, el me respondió el abrazo y escuche que en susurro me dijo al oído “te amo” - ¿Qué dices Gee?
- nada olvídalo – me respondió nervioso – mejor ándate de una vez antes que sea tarde
-  ok, después nos vemos – y me fui corriendo a la sala de emergencias

Cuando entre a la sala de emergencias vi que el doctor estaba esperándome, apenas entre me comenzó a regañar, que no debería estar caminando porque aún estoy delicado y toda esa mierda, pero que carajos habla??, yo ya estoy bien, anoche tuve mi corazón a mil y aún sigo vivo, bueno después de disculparme con el doctor, el comenzó a revisarme, me decía que todo estaba estable, ya estaba bien, por fin podría largarme de ese maldito hospital, yo como cualquiera odiaba los hospitales, en eso escucho que unos tacones se acercaban a la sala de emergencias, cuando volteo a ver era Jamia y mi mamá, mierda de seguro Jamia ya le habrá contado toda la mierda que paso, sí, porque así era Jamia, muy chismosa, le contaba a mi madre todo lo que yo hacía, será por eso que a mi mamá le cae bien Jamia, bueno salude a mi madre, ella me miro con cara molesta, de hecho me iba a caer todo un sermón cuando llegue a casa, Jamia otra vez se tiro encima mío y comenzó a abrazarme muy fuerte, ¡¡mierda suéltame!! Aun quiero vivir, tenía ganas de decirle eso, pero no la quería hacer sentir mal, el doctor me mando algunos medicamentos y me dio de alta, ya era hora carajo, salimos todos de la sala de emergencia y Jamia no me soltaba por nada del mundo, yo tenía que ir a verte pero no podía, Porque mierda tuvo que venir Jamia, estaba reventando del odio, de repente veo a Bryan, él se me acerca, me saluda y saluda a Jamia que estaba como chicle a mi costado, le pregunte a Bryan por ti y me dijo que ya te habían dado de alta, Bryan te iba a llevar a tu casa para que descanses, yo tenía que verte, necesitaba hacerlo, entonces se me ocurrió algo, le dije a Jamia que me esperara en la sala de espera, que se quede hay sentada un rato, y yo me lo lleve a Bryan a un lado, le dije que iría a su casa en la tarde, que tenía que hablar contigo, que te diga que te extraño y que te amo, el maldito de Bryan se comenzaba a reír de lo ridículo que me ponía cuando hablaba de ti, pero por lo menos me iba a hacer el favor de decirte todo lo que le decía, en eso escucho que mi madre me llama – Frank sube al carro de una vez- yo me despedí de Bryan, subí al carro de mi madre y otra vez Jamia se pegó a mi como chicle, mierda ahora como iba hacer para sacármela de encima, necesitaba estar solo por la tarde y de seguro ella va querer quedarse a cuidarme, que no joda!! Ya se me ocurrirá algo para zafármela de encima.
                                               …………………..             …………………..

Frank y tu fueron dados de alta, Gerard no pudo hablar contigo porque su madre lo llamaba a cada rato y tuvo que irse a su casa, el aún estaba castigado, no tenía permiso de salir y mucho menos de llegar hasta el otro día, pero Gerard se arriesgó porque quería dejarte estable, además él estaba muy preocupado por Frank y necesitaba saber que ya todo está bien, si, están bien en salud pero en el ámbito sentimental aún no se sabe lo que pueda pasar, Bryan te conto que Frank iría a verte por la tarde, de que te amaba y te extraña y que quería hablar contigo, tú estabas recontra feliz, decidiste rentar una película, preparar palomitas, todo para pasar un buen rato con Frankie, pero eso nunca ocurrió, Frank nunca llego a tu casa, ese día Bryan había ido al studio de Reprise Records, tú te habías quedado todo el día sola en casa, no tenías ganas de nada, ni de almorzar, ni de hacer nada, solo te sentaste en la sala y comenzaste a pensar en Frank, ¿Por qué mierda no viene? Te preguntabas varias veces, comenzabas a pensar cosas ilógicas “¿quizás me utilizo por una noche? De seguro ahora se está tirando con Jamia” tu sabias que Frank no era así, pero tu mente estaba tan confundida que comenzabas a imaginarte miles de cosas, al final te quedaste dormida en el sillón de la sala, mientras iban cayendo lágrimas de tus ojos, ese día para ti fue uno de los peores, no te podías sentir más mierda, se te hacía imposible olvidar a Frank, sus caricias, sus besos y todo el amor que te daba, así pasaron los días, tú estabas de un humor deprimente, no te importaba nada y raramente sonreías, ni Bryan haciendo bromas estúpidas podía alegrarte, aun te comunicabas con Gerard, tú lo llamabas, él te llamaba y comenzaban a charlar de sus problemas, tú le dabas consejos a el sobre Lyn-z y él te daba consejos a ti sobre Frank, los dos estaban pasando por problemas amorosos y se entendían perfectamente, Gerard se sentía devastado porque Lyn-z estaba de viaje con su banda MSI y la extrañaba demasiado, la necesitaba, y tú estabas hay junto a Gerard para apoyarlo en todo, el hacía lo mismo contigo, eran muy buenos amigos, eran como hermanos.
Todo ese mes se pasó muy lento, parecía una eternidad, tú ya no podías aguantar las ganas de entrar de nuevo al internado, y así iba a ser, ya era primero de Octubre, Gerard, Ben, Frank y tu regresarían de nuevo al internado, ese día te levantaste muy temprano por la mañana, te pusiste tu uniforme, como siempre lo usabas, mini falda, blusa corta con una corbata chica color roja, te maquillaste y te peinaste a tu estilo, alistaste tus maletas, aun te esperaban dos meses, así que llevaste toda la ropa necesaria, también tus cuadernos y tu guitarra que nunca faltaba, ya estabas lista para que Bryan te llevara al internado, tú estabas recontra emocionada porque te reencontrarías con tus amigas y amigos, además volverías a ver a Frank, y tendrían que hablar de muchas cosas, en eso tocan a la puerta, tu muy entusiasmadas vas a abrir, cuando abriste la puerta te quedaste perpleja, no podías creer lo que estabas viendo, ¿Cómo mierda él sabía que estabas acá?, no lo podías creer, por primera vez en todos estos últimos días sonreíste, y te lanzaste encima de el para abrazarlo, era Mike Frisby, tu ex novio de escuela, lo conocías desde los 12 años, cuando era un niño engreído y muy resentido, usaba lentes y todo el mundo lo fastidiaba, pero ahora había cambiado y mucho, tenía un piercing en el labio, se peinaba con el palo a un costado, a ti te encantaban los chicos que tenían ese estilo, no había duda estaba realmente guapo…


Él te quedó viendo por un lapso de 10 segundos, te miraba de pies a cabeza, es que de verdad te veías muy sexy con tu uniforme, parecía que un poco más y se ponía a babear, él te respondió el abrazo, prácticamente te cargo y te comenzó a dar vueltas, tu estabas muy feliz.

-Mike no lo puedo creer ¿Qué haces acá? – dijiste entusiasmada
- Vine porque me dieron una beca de dos meses para el internado Belleville High School
- ¿en serio?!!! Yo estoy en ese internado, este es el uniforme
- sí, ya lo note te queda excelente, te vez muy linda, justo como la última vez que te vi, antes que vengas a New Jersey, no sabes cuánto te he extrañado – Mike te volvió a abrazar
- yo también te echaba de menos, te extrañe mucho, pero ahora las cosas han cambiado, no es como antes
- ¿a qué te refieres?
- ya sabes, he hecho una nueva vida, nuevos amigos, nuevo… todo!!
- ¿nuevo novio verdad? – dijo Mike desanimado y bajando la mirada
- lo siento Mike – le alzaste la mirada agarrándolo del mentón
- no, no importa, está bien, yo entiendo
-  ahora ultimo me pelee con él y bueno ando soltera, pero eso ahora no importa, dime ¿Cómo sabias mi dirección?
- hable con Agustina antes de venir, ella me lo dio
- ¿Cómo esta Agus?!!! – preguntaste emocionada
- muy bien, esta de novia con Matt
- que bien, siempre hicieron linda pareja
- a por cierto, me dijo que le mande saludos a un tal Gerard Way
- a ok, yo le digo a Gerard
- bien, mmm… bueno ¿vas a ir al internado?
- por supuesto!! ¿Quieres venir conmigo?
- claro!! Me encantaría, de paso me voy acostumbrando
- bien, le diré a Bryan que iras con nosotros, se va poner muy contento de volverte a ver
- perfecto!! ¿y cómo se llama tu novio? O bueno el novio con que te peleaste
- Frank Iero, te lo voy a presentar y a todo mi grupo de amigos también
- genial ¡!

Tu no sabías que pensar, después de todo lo que había pasado, el problema que tenías con las drogas, los problemas con Frank y ahora esto, tener a tu ex frente a ti y que te diga que va estudiar en el mismo internado, era realmente conflictivo, Mike Frisby era un chico sano, no tomaba, no fumaba y mucho menos se drogaba, tenías miedo que por tu culpa entrara en todo eso, todos tus amigos fumaban, tomaban, cuando iban a fiesta se drogaban, y bueno tú eras igual, a ti te gustaba esa vida, pero no querías llevar a Mike por ese camino, al fin y al cabo el que se quiere malograr se malogra solo, tú no tienes por qué estar cuidándolo, él ya es bien grande y tiene que saber decir no a lo malo, pero quien sabe, quizás en vez de hacer eso se una a ustedes

[Narra Frank]
Mierda ya es tarde y tengo que ingresar al internado, aún estaba echado en mi cama, Jamia estaba echada a mi costado abrazándome, la aparte a un lado y entre al baño a ducharme, me puse el uniforme completo, me había crecido algo de bigote, mierda a mí no me gusta estar así, aun soy muy joven y voy a parecer viejo, agarre la rasuradora y…¡¡ auch mierda, me corte!! Eso me pasa por ser primerizo en esto, que carajos, donde hay una toalla??, mi madre estaba de viaje y la que se encargaba de la casa era Jamia, y no era muy buena en eso, todo estaba desordenado, no se había tomado la molestia de recoger la ropa sucia del baño, era una completa vaga, solo le gustaba salir de fiesta en fiesta con sus amigas, nunca cocinaba ¿pero que mierda iba a cocinar? Si ni sabe, solo pedía comida rápida como hamburguesas y papas fritas y todas esas comidas grasosas, por eso esta como esta, no escarmienta, pero eso a ella le valía una mierda, en fin, aún sigo aquí sangrando y no encuentro la maldita toalla, me eche agua y un poco de alcohol, aunque arda como mierda, tengo que aguantar, termine de peinarme y cambiarme, Salí del baño y Jamia aún seguía dormida, un día antes había hablado por teléfono con Gerard, el vendría a recogerme en el carro de Donna para ir juntos al internado, ya tenía mis maletas listas, estaba recontra entusiasmado, iba a reventar de felicidad, te volvería a ver, me reencontraría contigo, la última vez que te vi fuiste toda mía, como en los viejos tiempos, pero esta vez después de lo que paso en el hospital ya no supe nada de ti, iba a ir a tu casa apenas me dieron de alta, pero Jamia la jodio todo, decidió quedarse en mi casa cuidándome, como me lo esperaba, no podía salir, mi madre me lo había prohibido, después de todo el sermón que me dio, y Jamia hacia respetar muy bien las reglas de mi madre, pero no me puedo quejar, por ratos Jamia era divertida, hacia bromas y la pasábamos muy bien, salíamos a caminar por ratos, de salir podía salir, pero con ella, así que quise recordar los momentos que pase contigo en la playa, le dije  Jamia para ir a la playa a ver el atardecer y acepto, la pasamos muy bien, yo recordaba cuando estaba contigo, tanto así que comencé a besar muy apasionadamente a Jamia en la playa, imaginándome que eras tú, hasta la llame a jamia por tu nombre, ese día Jamia se molestó mucho por eso, no me hablo por todo el día, ¡¡que se valla a la mierda!! A mí solo me importaba uno casa, y eras tú, siempre me importaste y nunca podría olvidarte, mierda ya es tarde y Gerard aun no llega, de repente escucho el clapson de un carro, miro por la ventana y era el carro de la Donna, ya era hora, agarre mis maletas y baje corriendo las escaleras, ni me despedí de Jamia, que se joda, no la quería despertar, mejor que siga durmiendo, Salí de mi casa y vi a Gerard parado en la puerta del carro, deje caer mis maletas y fui a abrazarlo, nos quedamos abrazándonos por un rato, sentirlo cerca de mi fue tan bueno, volver a sentir su aroma, aunque muchas veces solo olía a cigarros, pero esta vez estaba bien uniformado, se había arreglado al máximo, se veía muy guapo con su uniforme, subimos mis maletas al carro y nos fuimos de frente al internado, ya estábamos algo retrasados así que la mamá de Gee nos llevó lo más rápido posible, dentro del carro le hacía bromas a Gerard, él se molestaba pero me gustaba cuando lo hacía porque me llamaba “enano” sé que soy bajito, pero no solo me dice enano por eso, sino que también porque me comportaba como niño y tenía esa típica risita de duende travieso, eso era lo que más le gustaba a Gerard de mí, a ti te también te gustaba eso, la verdad no sé porque lo hago, pero me gusta ser así, comportarme como un niño era mi especialidad.
Hasta que por fin llegamos al internado, todos ya estaban en sus respectivos salones, Gerard y yo bajamos del acarro, sacamos nuestras maletas y nos despedimos de Donna, entramos al internado y fuimos hasta el pasillo en donde estaban todos los casilleros, mi casillero estaba al costado del tuyo, y no era de sorpresa que de seguro me encontraría contigo, si es que aún no entras a clases, me comencé a poner nervioso, ¿Qué me dirías? ¿Qué te iba a decir? Simple!! te diría cuanto te amo, pero de repente veo una escena horrible, me deprimió tanto, como puedes estar ahora con otro chico, coqueteándole y sonriéndole ¿Por qué? ¿Por qué me haces esto a mí?

CONTINUARA…

 

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